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Entrevista a Bruno Pouzet, director general de Limagrain Ibérica – Interempresas

Entrevista a Bruno Pouzet, director general de Limagrain Ibérica –  Interempresas

"La mejora genética permitirá mantener, e incluso aumentar, la productividad de los cultivos, a pesar del cambio climático y de la reducción de inputs que plantea Europa"

La revista Tierras Agricultura tuvo la oportunidad de entrevistar el pasado mes de noviembre, en el Campus Viriato de Zamora, al CEO de Limagrain en la Península Ibérica. Bruno Pouzet es el responsable para España y Portugal de la cuarta empresa de semillas más importante del mundo. La decisión estratégica de especializarse en la obtención de variedades y en la producción de semilla, e invertir de forma decidida en I+D, es la clave del éxito de esta cooperativa francesa cuyos propietarios -un total de 1.500 agricultores- reinvierten cada año en investigación el 17% de su cifra de ventas.

¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la cadena de valor del cereal en los próximos años?

Tras lo ocurrido con la pandemia en todo el mundo, la cadena de valor del cereal tiene ante sí una importante oportunidad. Los consumidores se han dado cuenta del riesgo que puede suponer la falta de alimentos básicos a su alcance. El consumidor español y europeo ahora mismo es más exigente y selectivo sobre qué tipos de alimentos adquiere. Esto representa una gran oportunidad para ampliar la oferta que ofrecen las tiendas y las cadenas de distribución, sobre todo en aquellos nichos de mercado que comprenden a los productos especiales de panadería.

Por otro lado, el reto más importante al que se enfrenta la cadena de valor del cereal son los altos precios de la materia prima en el mercado. No puedo obviar que este aspecto es positivo para los agricultores, pero puede suponer una debilidad para el conjunto de la cadena por la subida de precios que se repercuten al consumidor final. No obstante, esta tendencia del precio del trigo y de otras commodities agrícolas es muy probable que cambie en los próximos meses.

En definitiva, esta situación genera una oportunidad para crear más valor añadido en el conjunto de la cadena pero, de seguir así, los altos precios de las materias primas pueden impedir que esta generación de riqueza sea sostenible en el tiempo.

¿Cómo estaría afectando la carestía de los cereales en el negocio de la producción de semillas?

Cuando hablamos de semillas, hablamos por supuesto de la producción de grano en las fincas de los agricultores. El aspecto del precio de las commodities en el mercado está directamente relacionado con este negocio. Por lo tanto, el coste de producción de las semillas sube en la misma proporción al que lo hacen los cereales y otras materias primas. También están influyendo otros costes directos, como es el precio de la energía o del transporte. En la parte positiva podemos destacar que, cuanto más retorno recibe el agricultor por su cosecha, mayor es la disposición que tiene a invertir en innovación relacionada con la semilla.

¿Cuál cree que va a ser la dinámica que siga el mercado de los cereales en los próximos meses?

Honestamente, creo que esta es una pregunta muy difícil de responder. Sí podemos prever que, a medida que la demanda de alimentos a nivel mundial crece, el equlibrio del mercado va a depender de la voluntad de algunos países para mantener sus exportaciones de grano a costa de arriesgar su soberanía alimentaria, los elevados costes y la disponibilidad del transporte marítimo, la escasez de fertilizantes nitrogenados… Tras la pandemia, han surgido nuevos factores que complican el escenario actual. Con todo, creo que la próxima cosecha en Europa no corre un riesgo excesivo de precios bajos para los agricultores.

¿Cuál es para usted la clave del éxito de Limagrain?

Los propietarios actuales de Limagrain son un total de 1.500 agricultores. El germen de la cooperativa fue la creación de puestos de trabajo estables y de una fuente de ingresos que permitiera a estos agricultores vivir de su actividad. Pero, sin duda, la clave del éxito de Limagrain ha sido la firme apuesta por la investigación y el desarrollo (I+D). La visión de estos agricultores, que sigue aún vigente, fue la de mirar por el futuro de la zona y no exclusivamente por el de sus explotaciones. Cada inversión que se ha hecho en estos años ha tenido como objetivo el beneficio colectivo. Actualmente, el 17% de la cifra anual de ventas de la cooperativa se reinvierte en I+D, mientras que compañías de otros sectores distintos a la agricultura ya se consideran innovadoras con una inversión del 3% anual.

Otro de los factores fundamentales en el éxito de Limagrain ha sido avanzar en la cadena de valor. Esto se consigue, en nuestro caso, a través de empresas como Jacquet Brossard (subsidiaria de Limagrain y especializada en la elaboración de productos industriales de pastelería y panadería) que tienen un contacto directo con el consumidor final y pueden adelantarse a las tendencias del mercado para orientar mejor la obtención de nuevas variedades de cereal.

¿El modelo cooperativo es el más adecuado para el desarrollo de la actividad agraria en todos los sectores productivos o existen excepciones? ¿Qué opinión tiene de las cooperativas cerealistas en España?

En mi opinión, el modelo cooperativo es una buena opción para agricultores y ganaderos, ya que el dinero que invierten los socios en la cooperativa, lo recuperan con los beneficios de diferentes tipos que ésta les aporta.

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Campo de ensayo Cereal LG.

¿Piensa que las nuevas políticas ‘verdes’ contenidas en el Green Deal van a llevar al límite al sector primario europeo en los próximos años?

Europa tiene un papel que jugar en el mundo. Frente a la presión de otros países o zonas productoras con menores costes, como pueden ser China -que hoy importa pero que dentro de poco va a exportar-, Rusia, América del Sur o Estados Unidos, Europa se protege preparando el futuro de su agricultura, para que sea un referente mundial de la alimentación saludable. En lo que respecta al agricultor, se espera que el descenso de los rendimientos se compense con un mayor valor añadido de sus producciones. No obstante creo que los objetivos que se han marcado en el Pacto Verde Europeo, como el relacionado con la reducción de fitosanitarios o el porcentaje en agricultura ecológica, van a ser muy difíciles de alcanzar en 2030.

En la próxima década, ¿qué avances más significativos se van a producir relacionados con la mejora de las variedades?

Una de las ventajas de Limagrain es que, al ser exclusivamente semillistas y no estar vinculados a otros sectores como el de la sanidad vegetal, las soluciones que buscamos van siempre de la mano de la genética. Una de las herramientas más importantes de las que disponemos son los genes de resistencia ante plagas y enfermedades. A día de hoy podemos prever que en los próximos 10 años van a aparecer avances que incrementarán el valor y el potencial de las nuevas variedades. Este trabajo de mejora permitirá -a medio plazo- mantener e incluso aumentar la productividad de los cultivos, a pesar de la reducción de productos fitosanitarios que se plantea desde Europa. Sin embargo, aunque el conocimiento que tenemos acumulado es muy valioso vamos a necesitar más herramientas para seguir avanzando.

¿Qué pueden suponer en este sentido las técnicas de edición genética como CRISPR/Cas9 y en qué plazo estarán a disposición de los agricultores?

La edición genética va a ser muy útil en los próximos años. En concreto, nos permitirá aprovechar mejor todo el potencial acumulado en nuestros programas de mejora, al permitir introducir en selecciones avanzadas caracteres deseables, que ya existen en la especie en bajas proporciones, o presentes en variedades antiguas o muy poco adaptadas, de una manera precisa, rápida y segura, acortando mucho los plazos y simplificando los procedimientos. Limagrain apoya este tipo de técnicas como una herramienta más que, utilizada con responsabilidad, nos ayude a conseguir nuestro objetivo de aportar soluciones innovadoras y seguras a los agricultores de todo el mundo. En este sentido, entendemos que es normal que exista un debate social al respecto, en el que es crucial para nuestro sector ser capaces de explicar la importancia de la seguridad de los productos obtenidos, independientemente de las técnicas utilizadas, en cuyo caso la legislación creo que podría estar preparada antes del año 2030.

En cuanto al futuro de la actividad agrícola, ¿nos encaminamos hacia una agricultura sin agricultores?

En el sector industrial ya se habla de fábricas sin empleados humanos y controladas al cien por cien por máquinas y robots. Por el contrario, la agricultura, debido a su complejidad, tiene una serie de variables más difíciles de controlar. Para empezar el suelo, que es un mundo que aún no conocemos del todo… En la agricultura habrá robots para ayudar a los agricultores que son los que marcan la diferencia. La pasión de los agricultores por su profesión es lo que hace distinta esta actividad, por lo que pienso que no puede existir agricultura sin agricultores. Es cierto que los datos que ahora se pueden manejar en agricultura son un valor fundamental y el agricultor del mañana será mucho más técnico que el actual, gracias al apoyo de las nuevas tecnologías.

¿Qué auge pueden experimentar las empresas de servicios ante la necesidad de incorporar cada vez más tecnología en las explotaciones?

Este apoyo para los agricultores ya es necesario debido al proceso de digitalización de la agricultura y las inversiones que hay que hacer en tecnología, muchas veces inviables si no se aumenta considerablemente el tamaño de la explotación. Por otro lado está el asunto de la transmisión del patrimonio. Muchos hijos o nietos de agricultores no se van a dedicar a la agricultura pero tampoco quieren vender sus tierras, por lo que las empresas de servicios son una solución en este tipo de casos.

Actualmente el agricultor es el que trabaja en agricultura, no tiene por qué ser el propietario de la tierra, se trata de un cambio de paradigma. Por tanto, creo que este tipo de empresas van a proliferar aún más en los próximos años en toda Europa, tanto en agricultura como en ganadería.

FUENTE: INTEREMPRESAS

Gracias a Javier de Sebastián, responsable de negocio de cereal de invierno en Limagrain Iberica, por su colaboración en la realización de esta entrevista.

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