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La superficie cultivada podría caer un 9% respecto a 2022
La Asociación Española del Girasol (AEG) espera que se recupere la ayuda directa al girasol en la campaña que está a punto de comenzar y en la que el agricultor se enfrenta a la decisión de sembrar y a la elección de la variedad con bastantes incógnitas en cuanto al clima, situación de precios, reducción de las ayudas y coste de la semilla.
La desaparición de la ayuda directa ha sido un importante factor en contra de la rentabilidad y, aunque el girasol haya entrado como cultivo mejorante en el ecorregimen de la rotación, las ayudas a las leguminosas pueden hacer que estas sigan siendo más interesantes para el agricultor. Por ello, la AEG espera que se recupere la ayuda.
La campaña de girasol 2023 en España comienza con una moderación en los precios por tonelada que han caído unos 100 euros, quedando el linoleico a 565 euros y el alto oleico a algo más de 620. «Pese a que el aceite alto oleico ha caído más y el diferencial con el linoleico ha bajado, la elección de una variedad alto oleico sigue siendo interesante y con toda seguridad. En cuanto a la superficie, se espera que sea en torno a un 9% inferior a la de 2022, pero superior a la de 2021 en un 25%, para rondar las 780.000 u 800.000 hectáreas. Los barbechos seguirán estando autorizados para la siembra, pero la mayor parte ya se sembraron de girasol el año pasado y en el 2023 tocaría cereal, salvo en tierras de escasa fertilidad donde no se cubren los costes, por lo que «no tendrán gran influencia en la superficie total, como sí la tuvieron en el año pasado«, señala Fernández quien indica que «el aumento de la superficie de leguminosas podría influir negativamente en la superficie de girasol, aunque hablamos de unas 50.000 hectáreas en total».
En Andalucía, primera productora, la superficie podría caer un 10%, entre otros factores, por el avance de plantaciones de almendro, olivo, pistacho o el uso de las tierras para huertos solares. En la zona Norte la siembra del cereal ha sido muy difícil por las lluvias, así que se espera que aumente la de girasol.
FUENTE: EL ECONOMISTA